LAMPARA PARA ILUMINAR ENTRE LAS SOMBRAS

 


Marcos 4, 21-25

Tengo una querida amiga, cantautora católica, con un talento inmenso y una inspiración del Espíritu Santo profunda. Compone, escribe y canta con gran belleza y unción. Su música, en cuanto tuvo oportunidad de darla a conocer, rebasó las fronteras y se hizo la favorita de jóvenes de distintos países de nuestro continente. La luz que Cristo puso en su corazón ha brillado e iluminado miles de corazones a través de su canto.

Hace algunos años, siendo aún una adolescente, mi joven amiga tenía miedo de dar el paso adelante y convertirse en una cantautora reconocida de música católica. Ella no quería éxito ni fama; no quería ser alabada y mucho menos llegar a embelesarse con elogios y aplausos. Entonces, componía para ella y cantaba para los fieles que la escuchaban animando la Eucaristía o en alguna Hora Santa, generalmente como parte de un coro.

Pero, ¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama?  El llamado de Jesús bullía en su corazón y, después de mucho rezar y mucho acompañamiento espiritual, pidiendo a María Santísima su intercesión, decidió que no la Luz no era suya, que su misión era ser cirio, o bien megáfono del mensaje de Cristo a través de su canto. Y que si Él la escogió, solo tenía que poner en sus Santas y Providentes manos la misión encomendada. Hoy es una de las artistas católicas más reconocidas y escuchadas de nuestro país, aquí y en el extranjero.

El plan de Dios se cumple en tu vida, en tus acciones, en tus manos. Para eso te dio talentos o permitió necesidades, según sea tu papel en el plan. Porque todos somos llamados a llevar la Luz de Cristo en medio de las tinieblas. Por eso hoy, cuando un joven como Juanpi Dolande se recupera 2 veces del COVID-19 y, además, avanza en la superación de sus dificultades físicas y da públicamente gracias a Dios, está brillando la Luz de Cristo a través suyo. Cuando una persona despide a uno o varios familiares en este tiempo tan difícil y le da gracias a Dios por la vida de sus seres queridos y manifiesta su confianza en la Nueva Vida que los recibe, está brillando la Luz de Cristo a través suyo. Cuando un funcionario honesto, en medio de la corrupción y el secularismo, mantiene una imagen sagrada en su escritorio o su despacho y una conducta intachable en su servicio público, está brillando la Luz de Cristo. Y cuando un cristiano decide levantar su voz contra la injusticia y predicar con la acción y el ejemplo que otro mundo es posible, ahí está iluminando la Luz de Cristo, en medio de las sombras  de estos tiempos tan difíciles.

Permite, Señor Jesús, que cada uno de nosotros acepte tu llamado, tu invitación amorosa a convertirnos en lámparas portadoras de tu Luz, para que ilumines el corazón y la vida de tu pueblo que sufre y que tanto necesita hoy de ti.

Amén.