SER EL SERVIDOR DE TODOS



Mc 9, 30-37.

Una vez más, los seguidores de Jesús no entienden nada de lo que su Maestro se esfuerza por explicarles… Mientras Él se mantenga sanando y alimentando a la gente, todo está bien. Pero cuando se pone necio con el tema de su pasión y muerte y encima afirma que resucitará al tercer día, ellos miran para otro lado, se distraen y hasta pelean entre ellos sobre quién será el más importante de todos, la mano derecha del Maestro cuando se convierta en rey de Israel.

Leyendo y pensando el libro de Marcos, y tratando de traer a mi realidad el texto de hoy, de analizarlo desde mi experiencia de vida, me doy cuenta de que los discípulos actuaron como actúa la mayoría de los seres humanos. Porque hoy, como ayer, son muchos los que usan a Jesús y se declaran cristianos para alcanzar fama, obtener dinero, participar de los círculos de poder y obtener beneficios. Cristianos que no quieren saber del perdón al que nos ofende, de soportar a quien nos molesta, de acercarse a los más necesitados para atenderles, para regalarles atención, cuidados y un poquito de felicidad.

Pero esto también pasa en otros ámbitos. Líderes políticos de izquierda y de derecha que se proclaman seguidores y herederos de los próceres y héroes de la Historia, defensores de los pobres, de las mujeres y los niños. Mientras traman la llegada al poder para enriquecerse y reprimir a sangre y fuego a quienes los denuncian y combaten.

¿Y yo? Yo que me llamo cristiano, seguidor de Cristo… ¿vivo aparentando la piedad o realmente oro todos los días para alimentar mi relación con él? ¿Le brindo atención y cariño a los más pequeños de nuestra sociedad o me presento anualmente ante las cámaras para que me vean entregando un cheque, con el que compro una buena reputación? ¿Selecciono qué parte del Evangelio me gusta y con cuál no estoy de acuerdo

Marcos nos dice en este pasaje que Jesús no quería que nadie supiera que Él atravesaba Galilea porque estaba hablándole a sus discípulos, pero ellos no lo escuchaban y discutían entre sí. ¿Estamos escuchando a Nuestro Maestro con atención?

Señor Jesús, aquí estoy, pidiéndote perdón porque, sabiendo que tú diste tu vida por amor a mí, yo no acabo de ser lo suficientemente agradecido, no termino de ser fiel a ti. Yo el único poder que deseo es el de tu Mano amorosa para que nos limpie y nos sane, a quienes producimos estos audios y a quienes nos escuchan, del egoísmo que nos lleva a buscar siempre nuestro beneficio por encima del bien del otro.

Te ruego especialmente que ilumines a los pueblos que hoy luchan por liberarse de los falsos mesías y por sus dirigentes, y también por nuestro pueblo y quienes aspiran a gobernar nuestro país. Para que, cuando obtengan la victoria, sean respetuosos de los ideales que hoy juran defender y actúen como verdaderos servidores de la Patria.

Amén.